El papel de nuestra casa en nuestra calidad de vida

Ya estás en casa. Después de un largo día por fin cruzas la puerta y esa temperatura, ese olor, ese silencio… eso es lo que caracteriza tu hogar.

Todos sabemos que nuestra vivienda es nuestro refugio. Queremos que sea el lugar donde desconectar del trabajo y centrarnos en nosotros y nuestra familia. Sin embargo, no todo el mundo puede presumir de esto ¿por qué? Porque no todos tienen la casa adecuada a sus necesidades y a su manera de vivir.

Existen tantas casas como tipos de habitantes, esto es cierto. Sin embargo hay factores comunes a todas ellas que siempre deben tenerse en cuenta a la hora de crear un hogar: funcionalidad, ergonomía, mantenimiento, salubridad, consumo eficiente, hermetismo y estilo son las claves para convertir tu “casa” en “tu hogar ideal”.

Por ejemplo, no vive de la misma manera una familia con hijos de 2, 5 y 7 años, que un matrimonio donde ambos cónyuges están jubilados. Seguramente los primeros necesitarán mucho espacio para guardar/esconder el desorden, electrodomésticos de alto redimiento, estanterías accesibles y seguras para los más pequeños y una bañera grande. En cambio, los segundos necesitarán puertas y ventanas que no requieran mucho esfuerzo para abrirse, un plato de ducha sin escalón, mucho silencio y una buena calidad de aire interior. Quizá los primeros necesiten muchos dormitorios y los segundos una biblioteca.

Cuando nos enfrentamos a hacer reformas en casa tenemos que tomar muchas decisiones, muchísimas, y no siempre tenemos los conocimientos suficientes para hacer lo correcto. La opinión de terceras personas, la habilidad de algunos comerciales, las prisas, el cansancio, los “flechazos” indebidos… hacen que no siempre veamos con claridad los “pros” y los “contras” de cada elección. Por esta razón es tan importante tomarse el tiempo necesario para valorar distintas opciones y sobre todo contar con alguien con conocimientos y confianza que te pueda asesorar sin conveniencias.

En este blog vamos a intentar poner de relieve algunos conceptos que te puedan ayudar a pensar sobre la casa que necesitas, más allá de las modas y la publicidad.

Funcionalidad. Primer paso para diseñar nuestra casa.

Parece una obviedad pero es súper común ver casas con dormitorios de invitados que nunca se usan, comedores enormes donde nadie come, armarios mal organizados, pasillos larguísimos que desaprovechan metros útiles de superficie, recibidores minúsculos atiborrados de cosas, enchufes con regletas y más regletas encadenadas y un larguísimo etcétera que seguro que te suena.

Una vivienda debe estar adaptada a la actividad que se realice en ella. Si trabajas desde casa debe haber un espacio con todo lo necesario para ello: conexión a internet rápida, enchufes suficientes y a mano, una mesa con el tamaño adecuado para tu trabajo (oficina o taller), una buena cantidad de luz siempre mejor si es natural y un asiento ergonómico que no te genere problemas de salud. No todas las casas necesitan una habitación para invitados, ni todas las casas deben tener la cocina integrada en el salón. Tampoco en todas las casas se teletrabaja.

Sin embargo, sí se debe pensar en otro tipo de cosas que te harán la vida mucho más sencilla y cómoda:

  • Piensa en las circulaciones y los recorridos. Dale vueltas a la distribución. No te quedes con lo más inmediato o «normal». Intenta ser creativo para eliminar pasillos innecesarios y crea espacios que te sirvan como distribuidores, sin perder muchos metros. Mira soluciones creativas que hayan hecho arquitectos o interioristas y sé un poquito flexible a valorar nuevas opciones. Realmente te puedes sorprender. Y si tu visión espacial es escasa busca a un profesional que te ayude. Deberá hacerte muchas preguntas sobre tu día a día para conocerte y adaptar la vivienda a ti. Se trata de pararse a pensar en qué actividades realizamos, cómo vivimos, qué nos gusta hacer y con quién y qué no.
  • Muchos armarios y muy bien pensados. ¿Te suena la frase «no sabes lo que tienes hasta que haces una mudanza»? Pues eso, todo el espacio que puedas aprovechar para guardar cosas te vendrá bien. En la vida acumulamos objetos, ropa, herramientas, que no usamos a diario pero sí necesitamos tener «a mano» en algún momento ¡por eso no las tiramos! tener un sitio para cada cosa realmente hará que tu casa esté ordenada y no haya sensación de caos. Te será más fácil recoger y limpiar si no hay cosas por medio. Si te parece obvio mira a tu al rededor ¿cuántas cosas no tienen un sitio y están siempre en medio?
  • Iluminación: Dedica las zonas más luminosas de tu vivienda a aquellas estancias en las que pases más tiempo. Si eres una persona muy sociable y te gusta invitar gente a tu casa te gustará estar con ellos en el salón/comedor exterior, aunque tu dormitorio sea interior. En cambio, si te gusta más pasar largas horas en tu dormitorio traslada esa habitación al exterior. Cuantas más horas al día pases con luz natural más energía tendrás y de mejor humor estarás. Cuando no tengas iluminación natural busca poder iluminar las estancias de manera indirecta (es mucho más agradable) y regula la cantidad de luz, no te pases ni te quedes corto.
  • Piensa en los encendidos de cada cuarto. ¿No te parece comodísimo poder encender la luz del dormitorio al entrar y poder apagarla desde tu cama? Si las casas se recorren de un extremo a otro las luces tienen que ir acompañándonos. Por no hablar de los enchufes. ¿Por qué no se prevé más que un enchufe en la mesilla (y generalmente en el suelo) si cuando cargamos el móvil, a lo mejor también queremos enchufar una lámpara, o cargar también el iPad? Pon los enchufes a la altura que a ti te sea más cómoda ¡no al electricista!
  • Baños y aseos: Piensa cuántos sois en casa y cuántos cuartos de baño necesitáis. Muchas veces es conveniente renunciar a otro tipo de estancias y tener un baño más, o un aseo. Los aseos ya no son cosas exclusivas del «personal de servicio». Realmente puede ser muy útil tener un aseo cerca del salón para cuando invites a tus amigos a cenar, pero ¡no necesitarán un baño completo!

Tener una vivienda realmente adaptada a nosotros hará que nos sintamos cómodos en ella y que queramos pasar más tiempo disfrutándola. Nos hará más felices y mejorará notablemente nuestra calidad de vida.

Ergonomía. Procura tu comodidad en casa.

«Estudio de la adaptación de las máquinas, muebles y utensilios a la persona que los emplea habitualmente, para lograr una mayor comodidad y eficacia

Diccionario de la Real Academia Española

Vivimos usando nuestra casa a diario, en todo momento. Si buscamos comodidad en nuestro puesto de trabajo ¿cómo no vamos a buscar lo mismo en nuestra propia casa? Es fundamental que el mobiliario, la carpintería, mamparas, pasillos y hasta los tiradores de nuestra casa sean cómodos. Es decir, que estén adaptados a las condiciones fisiológicas de las personas que los usan (altura, fuerza, habilidad) para que su uso sea más cómodo y eficaz.

Esto es clave y no todo el mundo lo tiene en cuenta. No podemos estar a gusto en una casa donde las ventanas no se abren o cierran con facilidad, los muebles nos golpean al pasar porque no hay espacio suficiente, o no podemos correr bien las puertas de los armarios ¡es un suplicio! Es importantísimo prestar atención a estos detalles a la hora de elegir los elementos, no sólo la apariencia o la estética.

Cuidado con quién te hace la obra o te monta los armarios ya que una perfecta instalación también es fundamental para que todo funcione correctamente.

Piénsalo, ¿no te gustaría cambiar ese enchufe que está demasiado bajo o inaccesible? ¿cuántas veces te has golpeado con la campana extractora de la cocina? ¿cuánto te cuesta abrir la mampara de la ducha? ¿abren y cierran bien los cajones de tu cómoda? ¿cuánto te cuesta abrir el grifo con las manos mojadas? Todos estos pequeños problemas del día a día se pueden solucionar fácilmente tomando las decisiones acertadas en el momento de la reforma.

Una casa que se “usa fácilmente” nos evitará lesiones y sin darnos cuenta, no estaremos enfadados o rabiosos por los pequeños accidentes domésticos, sino que nuestro carácter estará más relajado y optimista.

Mantenimiento ¡Que tu casa aguante tu ritmo de vida!

Todas las casas necesitan ventilarse, limpiarse y algunos cuidados. Por eso debemos procurar que este ejercicio sea lo más rápido y cómodo posible.

Los materiales que elijamos deben limpiarse con facilidad especialmente aquellos que requieran de limpieza más a menudo (baños y cocinas). Es muy conveniente evitar que queden rincones inaccesibles, huecos muy pequeños donde no cabe ni un trapo porque eso sólo provocará que nos hagamos daño al intentar limpiarlo, o peor, que se acumule irremediablemente la suciedad y sea un foco de infección. También deben ser materiales resistentes (en función del desgaste que tenga cada familia, no podemos comparar una familia con niños con viviendas con un solo habitante).

No podemos estar en un “sinvivir” cada vez que alguien arrastre una silla o se acerque demasiado a una pared. Las casas tienen que aguantar nuestro ritmo de vida ¡y debemos poder disfrutarlas, no estar sufriendo por ellas!

Salubridad en tu casa. Respira aire puro.

Todos sabemos que es muy importante poder ventilar las habitaciones, airearlas bien para renovar el oxígeno y ventilar ese aire»enrarecido» de las mañanas.

Pero no solamente conseguimos sensación de frescor en la casa. Cuando dedicamos 5 ó 10 minutos al día (incluso en invierno) a ventilar bien también estamos consiguiendo matar todos los ácaros que se instalan en nuestro colchón (porque sólo sobreviven en temperaturas medias y altas) y también estamos evitando que se acumule excesiva humedad en baños y cocinas, lo que que provocaría humedades por condensación y el consiguiente moho. Lo ideal es que tanto en baños como en cocinas haya una ventana que permita que las superficies se sequen después de ser utilizadas, y que el vapor que se haya generado salga de la habitación lo antes posible.

Es fundamental abrir bien todas las ventanas y dejar que la diferencia de presiones formen corrientes de aire y todo se ventile solo, pero ¿y si no hay corrientes? Si tu casa, por orientación y geometría no puede tener aires cruzados existen otros sistemas de renovación y filtración de aire que consiguen que la calidad del aire interior sea tan bueno (o incluso mejor) que la calidad del aire exterior.

Pide consejo a un técnico que te asesore cómo puedes hacer para garantizar la renovación suficiente de aire en tu casa. Existen sistemas muy variados, unos muy básicos y otros con instalaciones más complejas para casos más extremos. Préstale la importancia que tiene porque tu calidad de vida puede mejorar notablemente y estarás cuidando tu salud y la de tu familia.

No solamente en tiempos de pandemia tenemos que prestar atención a la calidad del aire. También para evitar alergias y enfermedades relacionadas con el sistema respiratorio. Especialmente en ciudades con mucha población (y mucha contaminación) tener un oasis de aire puro y limpio en tu propia casa es un claro indicador de calidad de vida.